INTRODUCCIÓN
Los valores cívicos, los valores familiares y la educación, están presentes en el organismo
de los seres humanos gracias a las enseñanzas que existe en su entorno
familiar, la honradez, la enseñanza, la bondad, la modestia, el amor, la
amistad, la prudencia, la lealtad son solo algunos valores que aprendemos a lo
largo de nuestras vidas, es importante
conocer todos y cada uno de ellos para entender bien su significado y de este
modo poder enseñarlo a los demás, la educación en nuestro país y en cualquier
parte del mundo es primordial para tener un mejor futuro.
VALORES
LOS VALORES UNIVERSALES CÍVICOS Y ÉTICOS
Los
valores están presentes en el organismo, La personalidad, la sociedad y la
cultura humana, estos no son normas de conducta, Las normas son regla para
comportarte de un modo determinado.
El
termino valor no lo poseen los objetos en si. Si no que estos lo adquieren
gracias a su relación con el hombre, con el ser social.
Todos
los seres humanos independientemente del grado cultural y de civilización poseemos
un sentido ético o moral. Este sentido esta ligado a los actos voluntarios pues
los calificamos como buenos o malos.
LA
HONRADEZ
Es
la que prohíbe al individuo apoderarse de los vienes ajenos, en esta se observa
la conducta apegada al deber.
LA
BONDAD
Es
la virtud de ejecutar el deber, en esta se realizan actos en los que se
mantiene una insobornable lealtad consigo mismo y con el prójimo.
LA
MODESTIA
Es
la virtud de un individuo de no hacer gala de sus bienes o facultades para no
lastimar al prójimo con un desplante que le pueda hacer daño.
LA
SOLIDARIDAD
La
voluntad de ayudar a los que necesitan y comprometieres con sus problemas es la
definición del valor de la solidaridad.
EL
AMOR
Es
un sentimiento abierto y positivo que se experimenta con respecto a otros
individuos o también a otros seres como animales o plantas.
El
amor es una fuerza de unión y armonía que mueve las cosas y las mantiene juntas
amar y ser amado es placentero para los seres humanos, a través del amor suele
obtenerse seguridad, confianza en si mismo y alegría al saberse importante,
para otra persona.
LA
AMISTAD
Es
una relación voluntaria, íntima y duradera, predominan en ella otros valores,
tales como la solidaridad, el desinterés la reciprocidad y la independencia de
diferencias sociales.
LA
VERDAD
Consiste
en decir siempre la verdad esto es decir lo que se cierto, lo que se autentico
y conforme a lo que sucede, como son las cosas sin aumentos ni disminuciones la
verdad implica ser sincero, real hablar con la verdad implica a los seres
humanos credibilidad y confianza para los demás lo que permite ser respetados y
reconocidos como personas en las que se puede confiar.
LA
PRUDENCIA
Es
la capacidad que poseen los hombres para orientar su actuación en base al uso
de la razón. Esto quiere decir que ante todo la razón debe gobernar los actos
de las personas y no el sentimiento.
LA
RESPONSABILIDAD Y DEBER
La
Responsabilidad es la virtud humana de responder con formalidad de ser capaz
para tomar decisiones de dirigir una actividad de organizar a un grupo o de
coordinar un todo.
El
deber es todo aquello que puede ser exigido a una persona como cuando se exige
una deuda.
LA
FORTALEZA
Es
la virtud que permite a los seres humanos moderar y dominar sus pretensiones,
ambiciones e impulsos respecto a metas y objetos difíciles de obtener, esta
virtud permite actuar con determinación, firmeza y audacia, sin dudas ni
titubeos al momento de tomar decisiones simples o complejas aquellas que se
refieren a situaciones que representan un gran peligro o temor como la muerte.
LA
LEALTAD
Se
puede definir a la lealtad como un sentimiento o actitud de adhesión a algo que
se externo a uno mismo.
LA
LIBERTAD
La
Libertad es una de las virtudes mas reconocidas y apreciadas por todos los
seres humanos, no solo como facultad de desplazarse y de transitar sin
impedimento , sino también como el poder para actuar y no actuar , para pensar
y expresarse de tal manera, para decidir que hacer y como hacerlo .
LA
CARIDAD
La
Caridad es la dedicación activa a fin de promover la felicidad y el bienestar
de los demás con el objeto de lograr esa felicidad y bienestar de tal manera
total y no solo eliminar la miseria.
LA
JUSTICIA
Es
la virtud de dar a cada quien lo suyo. Se considera que el trasgresor de la ley
es injusto, mientras que quien actúa conforme ala ley es justo.
LA
IGUALDAD
Se
refiere al trato que todas las personas deben recibir todos los hombres somos
igualmente valiosos e importantes sin tomar en cuenta la raza, el sexo, la
posición económica, la religión o la inteligencia.
LA
TEMPLANZA
Si
la fortaleza es la virtud de moderar las ambiciones e impulsos respecto a
situaciones difíciles.
La
templanza lo es respecto a las metas u objetos de fácil obtención, la templanza
debe moderar las tendencias más fuertes de los impulsos que hacen desear una
cosa en el hombre, pues dichas inclinaciones siguen intenciones de la misma
naturaleza: La alimentación y relaciones sexuales.
LA
PERSONA INTEGRA
Una
persona integra es la que cumple con su deber en cualquier circunstancia y
durante de toda la vida.
LA
FIDELIDAD
Valor
que se extiende como la acción de no traicionar la confianza que nos deposita y
permanecer a lado de lo que prometimos.
VALORES FAMILIARES
Los
Valores familiares entre los miembros de una familia se establecen relaciones
personales que entrañan afinidad de sentimientos, de afectos e intereses que se
basan en el respeto mutuo de las personas.
La
familia es la comunidad donde desde la infancia se enseñan los valores y el
adecuado uso de la libertad. Las relaciones personales y la estabilidad
familiar son los fundamentos de la libertad, de la seguridad, de la fraternidad
en el seno de la sociedad. Es por esto que en la familia se inicia a la vida
social.
LA
ALEGRÍA:
La
alegría es un valor que se siembra primeramente en el seno familiar. En el fondo lo que se fomenta es dejar el egoísmo a un
lado, buscando el bien y compartir con el otro. La alegría no depende de las
circunstancias o de las facilidades que puede presentar la vida y tampoco
consiste en tener cosas.
LA
GENEROSIDAD:
La
generosidad es uno de los valores que se fomentan en la vida familiar.
Entendiendo por generosidad el actuar en favor de otras personas
desinteresadamente y con alegría.
EL
RESPETO:
El
respeto hacia los demás miembros es otro de los valores que se fomentan dentro
de la familia, no sólo respeto a la persona misma, sino también a sus opiniones
y sentimientos.
LA
JUSTICIA:
Consiste
en dar a cada uno lo que les corresponde.
LA
RESPONSABILIDAD:
La
responsabilidad supone asumir las consecuencias de los propios actos, no solo
ante uno mismo sino ante los demás.
LA
LEALTAD:
La
lealtad surge cuando se reconocen y aceptan vínculos que nos unen a otros, de
tal manera que se busca fortalecer y salvaguardar dichos vínculos así como los
valores que representan.
LA
AUTOESTIMA:
Se
entiende por autoestima la visión más profunda que cada persona tiene de sí
misma, influye de modo decisivo en las elecciones y en la toma de decisiones,
en consecuencia conforma el tipo de vida, las actividades y los valores que
elegimos.
LA EDUCACIÓN
Los
valores cívicos van agarrados de la mono con la educación, para esto se
declararon distintos derechos para que la mayoría de las personas reciban una
buena educación, tales como los derechos del niño, la formación de la ONU, los
derechos sociales, económicos y culturales, y las declaraciones de los derechos
humanos, así como estas sinfín de declaraciones que se han hecho para la mejora
de la educación.
Su
publicación pretende contribuir a que la sociedad tome conciencia de la
necesidad de garantizar estos derechos, abordados en todos los órdenes de la
vida, tales como justicia, salud, vivienda, libertad, privacidad, trabajo,
participación en la vida política, pública y cultural, deporte, habilitación y
rehabilitación y, por supuesto, educación, a la que dedica enteramente su
artículo 24.
En
estos momentos disponemos de regulación legal, nacional e internacional, que
avala la línea comenzada con el alumnado que presentaba necesidades educativas
especiales, y que ahora abarca a todos los alumnos y alumnas, reconociendo que
cada uno de ellos es diferente al otro: intereses, estilos cognitivos, ritmos
de aprendizaje, capacidades o talentos distintos, etnias, lenguas, religiones,
sexo, etc. Todos los alumnos son diferentes. Reconocido este principio, es
obligado insistir en preservar los valores de calidad y equidad propuestos, en
este caso desde la supervisión educativa, pues tiene mucho poder de influencia
en el quehacer diario de los centros, su opinión es tenida en cuenta y, además,
dispone de funciones y atribuciones que permiten su intervención decidida en
este sentido. Hay que garantizar las condiciones de educación inclusiva a lo
largo de la escolaridad obligatoria (al menos) y procurar que se mantenga en
niveles no obligatorios, pues la sociedad actual exige una excelente
preparación del individuo para su incorporación satisfactoria a la misma, y es
el sistema educativo el que la favorece o impide. Paso a paso, siempre hacia adelante,
valorando y afianzando lo positivo, se llega a la meta construyendo variados
caminos por los que todos podamos transitar.
Evaluar
la educación inclusiva
Y
puestos a evaluarlo todo, como se hace actualmente a nivel internacional,
nacional y autonómico, yo tengo especial interés en que también se evalúe la
implementación real del modelo de educación inclusiva, ya que, de lo contrario,
nunca sabremos si avanza o retrocede, si importa o no su realidad en las aulas,
si existe interés cierto en que se lleve a cabo o le da igual a los directivos,
docentes, administración y sociedad en general. Como he dicho y repetido en
diferentes ocasiones, no sé si para bien o para mal, lo que se tiene en cuenta
en el sistema es lo que se evalúa. Si no se evalúa, desaparece. No importa. No
sirve, aunque sea lo más importante de la educación. Hay una deformación
bastante generalizada que hace coincidir la "calificación" con la
"calidad", y desafortunadamente no tiene por qué coincidir la una con
la otra, salvo que los procesos evaluativos que realizaran de forma distinta.
Pero estamos en una situación en la que, como digo, no se valora lo que no se
evalúa.
Desde
esta perspectiva, cuando llegan las evaluaciones externas a los centros, los
alumnos que no van a alcanzar el estándar previsto por el colegio suelen
desaparecer o no intervenir en las pruebas que se aplican, porque no pueden -en
unos casos- o porque quedan excluidos oficialmente -en otros. Pero no resulta
válido que se evalúe el aprendizaje de la mayoría del alumnado, mientras que
algunos, en minoría, quedan sin atender desde la Administración, para saber
cómo están avanzando en sus aprendizajes en función de sus posibilidades. En
ocasiones, sólo sería necesario que los tiempos o los instrumentos disponibles
se adaptaran a la singularidad del alumno o alumna evaluados, y podrían
responder a la prueba general. Otras veces, será necesario plantear pruebas
diferenciadas, que respondan a los procesos que están siguiendo esos alumnos,
bien por razones de capacidad diferente, bien por distinto nivel de aprendizaje
debido a su historia escolar o, casi siempre, por la incorporación tardía al
sistema, que les hace ir con diferente ritmo o nivel logrado. Pero si se toman
decisiones de evaluación externa, habrá que considerar también los casos
particulares que exige el modelo de educación inclusiva ya adoptado. Será pura
coherencia de planteamientos y de justicia para el trabajo que realiza el
equipo docente con todos sus alumnos, sin excepción. Hay que evaluar y valorar
ese trabajo que, de lo contrario, quedará invisible a los ojos de la comunidad
educativa y de la sociedad, que sin profundizar en su significado, le restará
importancia.
No
obstante, si las evaluaciones externas no se hacen cargo de evaluar la
educación inclusiva, las evaluaciones internas deben estarlo haciendo ya, y la
supervisión educativa también.
Contamos
con modelos -no recetas, claro- que nos pueden ayudar a comenzar con la
realización de estas evaluaciones, entendidas como información valorada del
camino de progreso que se va alcanzando a lo largo de los cursos. En
definitiva, como sabemos, el contar con instrumentos de evaluación supone
disponer de guías de trabajo para ir implementando los factores necesarios con
objeto de lograr esa inclusión de todos y, si es posible, también de la
comunidad escolar, llegando a constituir comunidades de aprendizaje en las que
el centro motivador y promotor sea la escuela en cualquiera de sus niveles.
CONCLUSIÓN
En este ensayo académico aprendimos lo importante que son
los valores, pero sobre todo que tenemos
que predicar con el ejemplo para dar una buena enseñanza a las nuevas generaciones ya que todo lo bueno o lo malo se aprende en
casa, de nosotros depende enseñar los valores cívicos y dar una buena educación
a nuestros hijos para que crezcan con una buena autoestima, sean responsables,
tengan respeto, amor, amistad, alegría y generosidad hacia los demás y sobre
todo que la justicia prevalezca y exista una buena educación en estos tiempos críticos donde la sociedad
amenaza con destruir las buenas enseñanzas.
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